Querida amiga:
Una de las señales que indican que una chica me gusta es que decida presentársela a mis amigas. Da igual que la acabe de conocer. Puede que el tiempo sea una variable importante para hacer oficial una relación, pero no para ver algo en otra persona. ¿Ver qué? Estoy siendo muy específica: algo. Una parte de ti escondida (en otro ser, en la inclinación del sol a determinada hora, en un verso), que desde ese otro lugar te toca y te conecta con el mundo. No fue eso lo que ocurrió con mi último rollo.
Fue más bien una coincidencia. La noche antes del Orgullo, mi amiga I. me escribió justo antes de volver a casa por si estaba por Chueca. Yo había quedado con un par de amigas, pero se fueron pronto y, antes de retirarme, decidí pasar a saludar a una chica con la que me estaba enrollando. Así que cuando I. llegó, mi rollo todavía estaba allí.
Días más tarde, mi otra amiga I. me cuenta que I. le había hablado de ella:
-¿Y qué te dijo?
-Nada, que le pareció monísima, pero que te has empeñado en que a ti esa chica no te gusta.